Rivadavia - Zapopan

Excelente comida, lugar, servicio.Pésima idea poner música tan fuerte los sábados!!!Esas dos bocinas arruinan el momento.Perfecto la música pero no tan fuerte y menos esas dos bocinas!!!

Padrisima la decoración del lugar, nos habíamos quedado en la terraza que esta bellísima pero finalmente entramos y wow la decoración interior está súper agradable, pedimos las empanadas y deliciosas con un vino bastante accesible y muy atento el mesero, diría de más, le dabas apenas un trago y te quería estar rellenando la copa jejeje y la pizza de chicharrón de vacío deliciosa también, aunque nos recomendaron los arancinis y los volcanos pero ya será para la siguiente de

Al llegar el lugar me prometió más de lo que fue, la comida realmente nada sorprendente, el servicio regular, los baños muy sucios, los alimentos muy tardados... Me quedo a deber mucho...No regreso

El ambiente es tranquilo y cálido, la música te permite platicar. El servicio es excelente, personalizado por el dueño Fernando Ochoa que cuidó todos los detalles y nos colmo de atenciones, dio típs de seguridad. Hay servicio de Vallet parking. La comidas son deliciosas y sus precios razonables. La pasta de la pizza es suave, delgada y en su punto, recomiendo la Vulcano y todas las ensaladas son exquisitas.

Sorprende que a pesar de llevar el nombre y la imagen del primer presidente argentino, de publicitar cocina argentino-italiana y de ofrecer varios cortes y platillos con nombre argentino, no hay nadie de allá, ni dueños, ni chefs, ni meseros ... Como que cabalgan en el "trendy marketing". Fuimos al mediodía, nos sentamos adentro. El calor insoportable !. Sorpresa mayor, no tienen aire acondicionado !. Sólo unos ventiladores laterales tipo fondita. Tuvimos que cambiar por mesa en la terraza, sombreada por un árbol generoso. Ya no nos pusieron mantel (las otras mesas sí tenían). Hubo manchas de aceite en la madera que no permitían apoyar las cartas (las limpiaron recién a los postres). De todos modos la comida estuvo buena y bien presentada (melanzana parmiggiana, costillas en cerveza con coliflor y espárragos, vacío con lechuga). Deliciosos el panecito tipo focaccia recién horneado y el postre semifredo de lemoncello. Tienen algunas cervezas artesanales, destaco la Páramo, de Colima. Muy amable el joven mesero Hiram. Los precios son adecuados. Regresaría pero en invierno.