Aromas - Vitoria-Gasteiz

Excelente comida peruana. Deliciosos tamales, sabroso ceviche, enorme relación de lomo saltado con estilettos. Personal muy amable. En la cocina peruana se necesita un menú de degustación introductoria.

Amable y ansioso por complacer, aunque un poco caótico. Por el precio que pagas también puedes exigir demasiado, pero la calidad y la cantidad son aceptables, aunque es mejor ir seguro, que los platos típicos peruanos que ofrecen.

Platos normales, nada del otro mundo. Tener que estar esperando que te cubran, servilletas, pan... Dice mucho sobre el restaurante. Nunca entenderé un plato de espárragos verdes con jamón (en teoría era un revuelo, pero era sin más, en el plato) con sal. Ham con sal encima! Mira, por el precio que pagué, no iba a pedir mucho, pero dejé mucho que desear. Lo mismo que decir es en el centro de Vitoria, mentir. No repetir.

¡Tiene muchos malos detalles! El camarero que pone los desayunos es lento y no sabe nada ni sabe qué tiene. Con respecto a la comida... ordenó una merienda de atún para llevar y la merienda sólo tenía que, atún y una rodaja de huevo duro para acompañar... al precio modesto de 5€... Tienes que mejorar mucho.

Bastante peor de lo que me esperaba. El trato me ha parecido bastante malo hasta el punto de sentirnos discriminados por haber comprado cupones de Colectivia cuando nadie les ha obligado a publicarlos y ganan dinero igualmente con ellos. Vamos a cenar y tras habernos indicado nuestra mesa, nos cuestionan dos veces si teníamos reserva una vez enseñado el cupón. En el cupón ofrecía la posibilidad de que fueran hamburguesas de ternera o pollo. Ni siquiera nos preguntan nuestras preferencias y nos ponen las hamburguesas que consideraron para nosotros. Todo con un aire de venga, comed rápido y largaos . Durante la cena, preguntamos para reservar para el sabado que viene. Sin problema, nos dicen, luego os tomo nota. Cuando llega el momento nos están cogiendo la reserva y hay hueco, no es problema la hora... hasta que menciono que tenemos otro cupón diferente. Entonces ya no hay hueco y va a resultar imposible porque ya tienen las mesas para colectivia cogidas. Exactamente el mismo argumento que nos dijeron 3 semanas antes cuando intentamos reservar por primera vez y 2 antes cuando volvimos a preguntar por teléfono. Una verguenza. Por otro lado, aunque de sabor estaba bueno, rezumaba grasa. Y terminaba resultando pesado. Pero digamos que era el menor de los problemas. Podría considerar peor que en el cristal de la cámara frigorífica haya moho o que una piña estuviera cubierta de pelusilla blanca sin que nadie le prestara mucha atención. Pero eso ya es otro tema. En fin, una experiencia decepcionante ennegrecida por el factor humano.