Postal - Valladolid

Un sitio con encanto en la Plaza del Val. Simpático camarero y simpática la clientela. Cuando estábamos degustando sus productos, salió el tema del sabotaje a las bodegas Cepa 21, de José Moro (emparentado con el famoso Emilio, por lo visto). A pesar de indignarnos por tan execrable crimen contra la humanidad, echamos un buen rato. Muy recomendable lugar.

Fue salir por la puerta del mercado El Val, y ver una puerta de madera, La Postal ponía en el cartel, fue entrar y sentir que este es mi sitio de Valladolid. El abrigo en la percha nada más entrar, ya que es pequeño, ocupan lugar y todos queremos entrar. Se lo hago saber. Que comentar, venga a comer, sardina, tortilla y cecina para empezar. Por lo demás venga a probar. No olvide el queso. Vinos, ya me gustaría empapelar mis paredes como las de este lugar. Rivera por doquier no necesita más.

Increíble , después de todos los des que me he encontrado en esta ciudad y lo mal que me he sentido , me ha salvado la vida , la tortilla de p madre y los camareros inmejorables tambien .

La tortilla con tanta fama que tiene, no es una cosa del otro mundo, aceptable. No tan aceptable es la atención, donde la amabilidad y mirar a la cara al cliente brilla por su ausencia, además de pasar por alto cosas tan importantes como limpiar la mesa sucia donde te vas a sentar.

En el centro de Valladolid buen vino y exquisita morcilla picantita y que decir de la tortilla juzgar vosotros mismos …. Javi atento y profesional con los vinitos ….Deseando volver.