La Maruja Patio - Toledo

Lugar ideal para ir a comer después de una visita al moeo griego ya que está a 5 minutos a pie. lejos de los restaurantes turísticos y pequeños del centro de la ciudad. las raciones son enormes, caseras y muy buenas. en la terraza es genial. El hombre que nos sirvió estaba con muchas mesas a la vez y nunca dejó de asistir a ninguna. un gran profesional. Tuvimos suerte de encontrar este lugar y si vuelvo a él estoy seguro de que voy a comer aquí otra vez.

Lugar encantador para comer en Toledo. Un patio muy agradable es muy apreciado, ya que la mayoría de los restaurantes tienen una terraza bastante simple. Los precios son un poco altos, pero se compensan con la cantidad y calidad de la comida. Habría dejado un poco más de variedad en el menú. De lo contrario, es un lugar de 10.

Este restaurante se encuentra en una zona menos turística, ya que no está en el centro de Toledo. Aunque pueda parecer dirigido a un público selecto, la calidad de los alimentos, su preparación y los precios son muy razonables. Además, su terraza es un remanso de paz, acompañada por el sonido de la fuente que tienen en el interior. El camarero que nos atendió (probablemente el propietario del establecimiento) fue muy amable y nos hizo recomendaciones de la carta que resultaron ser un acierto. Las raciones de casi todos los platos del menú son generosas. No se puede ir sin probar las carcamoas, que están muy bien elaboradas (con la parte en su punto de suavidad y una salsa sabrosa). El pastel de queso también es delicioso. Por todo ello, si visitas Toledo, considera este restaurante como una excelente opción para comer, cenar o simplemente disfrutar de unas tapas y raciones. Lo recomiendo (y es mejor hacer una reserva).

Comida casera, muy buena y muy cercana. Hemos comido carcamoas, huevos rotos con ciervo y medio de cromo, con bebidas y cafés y un postre, muy bueno de precio. totalmente recomendado. por el camino el sitio es muy acogedor es una terraza con fuentes y jardines super tranquilo

La terraza está algo oculta, justo bajando unas escaleras que salen del parque del Tránsito. No probamos la comida, pero es ideal para disfrutar de una bebida cuando hace buen tiempo. Tiene una pequeña fuente y una piscina decorativa que le aportan mucho encanto. Al no estar muy a la vista, es una excelente opción para esos días en los que resulta complicado encontrar mesa en cualquier terraza de Toledo.