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Sprzężenie zwrotne
Przekaż informację zwrotnąEl menú es casero salvo algunos de los postres. Las cantidades son normales en los primeros platos, igual que en otras restaurantes semejantes, pero la de los segundos es raquítica. La especialidad de la casa (chumarros) son cinco ó seis trocitos finos de carne de cerdo sobre unas cuantas patatas, por ejemplo, equiparable a media cinta de lomo fina troceada y media patata frita en bastones. Lo mismo pasa con otros platos, bebidas y postres: cantidades demasiado calibradas. Atiende una persona que no siempre está atenta a los tiempos y cosas que se van pidiendo, y que no termina de tener demasiada simpatía. La limpieza del local es buena. Tienen los elementos necesarios para conseguir hacer volver, pero al estar demasiado pendientes de hacer caja, descuidan ciertos detalles que invitan a seguir yendo a otros sitios con igual precio y toque casero, pero más simpatía y cantidad.
Comimos cocido montañés, que es un Guido. On alubias, compongo y algo de verdura, muy rico, servido en cazuela de barro. Después albóndigas y chamarra que son trozos pequeños de carne de cerdo con patatas fritas caseras. De postre flan casero excelente y tarta de queso bien. Estaba lleno de reservas y nos dijeron que si acabábamos antes de las tres menos cuarto nos podían atender. El servicio fue rápido, el camarero, me imagino que el dueño amable. Precio 13 € en festivo, excelente reacción calidad precio
Cocido lebaniego increible. Excelente servicio y decoración sobria de toda la vida. Muy limpio. Los chumarrus son filetes de jamon de cerdo muy tiernos con patatas fritas caseras
Asqueroso la verdad, no me ha gustado mucho, la comida n parecía casera y un emplatado muy cutre la verdad.
El cocido lebaniego está espectacular y el postre casero es maravilloso. Lo recomiendo encarecidamente