Kiosco Bitákora

Hemos pasado el fin de semana aquí y hemos repetido en este chiringuito por la amabilidad, calidad y buen precio. Todas las personas que trabajan allí te hacen sentir muy bien. ¡Olé!

Cuando el sol se pone sobre las mesas de la playa, se disfruta de una experiencia de lujo. Es un espectáculo observar el Mar Menor, con los reflejos de las luces en sus olas y la casita del balneario con su pasarela. Un entorno hermoso.

Lugar encantador junto a la playa. El servicio es muy atento y la comida es exquisita.

Sitio agradable para disfrutar de algo rápido y económico cerca del mar. El hombre que atendió mi reserva fue muy amable y servicial. Sin embargo, no me gustó el camarero, que se movía arrastrando los pies y tenía una actitud poco profesional. Además, no ofrecen ningún tipo de aperitivos, ni siquiera unas patatas fritas o aceitunas (o quizás sí lo hacen para los conocidos, me quedé con la duda al ver en ocasiones pinchos y patatas, y en otras nada).

He dejado de ir a este quiosco porque permiten la entrada de perros, lo que hace imposible que el resto de los clientes pueda disfrutar de un desayuno o una cerveza tranquilamente, ya que a menudo parece un zoológico. Los animales ladran y se pelean entre sí, mientras sus dueños ignoran la situación, y los responsables del quiosco permiten esta incomodidad para los demás comensales. Creía que no se permitía el acceso a restaurantes o lugares donde se come con perros, pero aquí lo permiten sin ningún problema. Me parece muy mal.