Mr. Pampas Garza Sada - Monterrey

Algunos cortes muy salados, otros muy cocidos. El filete claramente no es filete porque estaba muy duro. Puede pasar media hora desde que solicitas un corte hasta que aparece. Picaña y costilla nos ofrecieron solo una vez. Pero piña, chistorra y pollo fácil unas 10 veces. El mesero brilló por su ausencia toda la estancia. Se la viven ofreciendo cosas en las mesas que son de costo extra, sin tener precio a la vista, y en ningún momento los ves anotar algo, es otra muchacha la que su único trabajo es ir viendo qué hay en las mesas para cobrar al final. Uno sabe que el negocio está en las bebidas, pero nunca me había tocado ir a un rodizio tan muerto de hambre como para estar acechando las mesas tratando de embaucarte con cargos extras. Experiencia lamentable. Si tienen la oportunidad de ir, desaprovéchenla.

Muy bien todo ,buena atención y la comida de excelente calidad

Muy rica la comida y muy variable había de todo volvería a regresar

Las espadas que es el atractivo del lugar muy bueno 10/10. Si pedias un corte en especifico te lo llevaban a la mesa. El buffet general tuvo guarniciones buenas y otras un poco meh, le faltaba sabor. Recomiendo la ensalada al 100% muy buena. La actitud de la hosstess y el mesero de las bebidas, igual excelente. Explicaron la dinámica ya que era la primera ves. Igual nos advirtieron de los platillos en carritos como (camarones flameados, chuletas, pasteles) y bebidas tenían un costo aparte. En cuanto los cortadores de carne la actitud muy apática, ya que si ponías en pausa el semaforo. Seguían llegando a ofrecerte. En cuanto el valet, es algo que estoy negado por lo general de realizar. Pero al parecer no te dan opción de estacionar tu carro tu mismo. Aunque diga en el boleto del valet que es un servicio opcional. No tiene un costo, pero si no les das una propina de mas de 50 pesos te hacen unas caras. En general la experiencia es de 4 de 5 estrellas

Es un lugar que uno quiere conocer por su concepto, sin embargo, el desencanto es casi inmediato. El nivel de ruido es muy alto, la música es de tipo antro, y las mesas están muy juntas. La calidad de los alimentos es buena sin llegar a algo destacable; cabe mencionar que en repetidas ocasiones pedimos que nos llevaran Tomahawk y nunca lo llevaron, aunque el resto de los cortes si los llevaron en repetidas ocasiones. Ojo con el consumo de bebidas, ya que no forman parte del buffet y las cobran a un precio realmente alto. Adicionalmente, pedimos que se preparara un festejo para cumpleaños, el cual nunca llegó. Para nosotros fue un lugar de debut y despedida, pues no planeamos volver.