Talo Restaurante - Miguel Hidalgo

En los últimos años ha pasado por varias manos y varios equipos, y no parece levantar cabeza. He podido comprobar de primera mano como el menú va decayendo y el personal cada vez está peor entrenado. Es una lástima que ante el resurgimiento de varios locales muy cercanos, éste se vea cada vez más vacío de público y de contenido. Necesita un cambio de oferta de platillos, una revisión de los precios, un buen maitre al frente del equipo de meseros y sin duda una estrategia sólida de comunicación.

Resulta una muy grata sorpresa este lugar!Cocina deliciosa, platillos muy recomendables, y el servicio es fuera de serie.Un restaurante al que, sin duda, regresaré de manera habitual.No se lo pueden perder.

La comida rica, la carta similar a la del D.O., pero con postres muy originales. Sin embargo tienen mal servicio. El dia que fuimos tenian una mesa dentro donde habia 5 persons fumando, ¡fatal que lo hubieran permitido! Estuvimos mejor en la terraza. El cafe nespresso otra falla, una pena que no siga el D.O.

Atención al cliente pesima.No quisieron dar la carta, no quisieron informarnos de los precios. Se recomienda evitar ese lugar.

Cenamos en Talo un menú de degustación del Chef Migoya y otro chef. La experiencia fue extaordinaria tanto por el servicio como por la comida. Los vinos a precios muy razonables y accesibles y de excelente calidad. Probamos un Txakolí y un Priorato, además de un orujo de yerbas extraordinario. Los platillos: una croqueta de huauzontle de sabor muy delicado con salsa de jitomate. Un taco de tripa frita sublime. Un Chicharrón de cerdo con un boquerón que fue sensacional, de lo mejor de la cena. Luego vino un pecho de ternera muy tierno pero rico de sabor con un pico de gallo finísimo. Finalmente llego la pieza central de la cena: un foie gras fresco con mole poblano y una yema de huevo de 3 minutos que al mezclarse potenciaba lo que nos imaginamos de sabor. Extraordinario. Terminamos con un pan de elote con helado y un spaghetti de ate de membrillo con maracuyá y ralladura de queso Idiazábal que pasará a las páginas blancas del libro de oro como uno de los mejores postres de la historia. Gran experiencia. Muy recomendable.