Azul - Islas Canarias

Este año visité este restaurante y me encantó. El lugar es precioso y ofrece vistas magníficas. La comida es espectacular y el trato, tanto del dueño como del resto del equipo, fue excelente. Este restaurante es realmente una joya en este lado de la isla. Recomiendo hacer reservaciones con antelación, ya que abren solo algunos días a la semana y es tan bueno que generalmente está lleno.

Llamé el domingo por la mañana para hacer una reserva y no tuve ningún problema para conseguir una mesa para comer ese mismo día. Nos encantó el pastel de atún y el intercot con dátil mojo. Pedimos 2 primeros, 2 segundos y 2 bebidas por 60€ (30€/persona) y las vistas son espectaculares.

Una maravillosa comida dominical en la hermosa terraza del Restaurante Azul, que es una visita obligada para cualquiera que pase por la zona. Es cierto que no es fácil llegar, ya que no está directamente en la carretera, pero el ambiente y la tranquilidad que se respira en plena naturaleza valen la pena el trayecto, que está bien señalizado en dirección a la ubicación para los niños. El equipo del Restaurante Azul fue muy amable con nosotros, haciendo de nuestra comida una experiencia increíble y recomendando platos en todo momento según nuestras preguntas. Optamos por dos entradas para compartir: queso de cabra y pastel de atún; ambos estaban exquisitos. Como plato principal, elegimos el solomillo, tanto a la pimienta como con chutney de dátiles; este último fue absolutamente espectacular. No queríamos irnos sin probar la pavlova de castaña. Todo esto salió por unos 25 € aproximadamente por persona, una relación calidad-precio inmejorable. Hay que tener en cuenta que solo abren al público los viernes y domingos. Si tuviera que mencionar un aspecto negativo, que en realidad no lo es, destacaría que cuentan con un pequeño espacio de aparcamiento. Para nosotros no fue realmente un problema, pero es algo a tener en cuenta. Sin duda, volveremos en nuestra próxima visita a La Palma.

Está fuera de todo en medio de la nada. Es bueno pasar el día al norte y aprovecharse para comer allí. La comida está llena, no tiene una carta muy extensa, pero hay cosas ingeniosas. la decoración es retro, vintage, que ahora se usa. las vistas desde la terraza son muy agradables.

Muy correcto. Un sitio al que ir si estás por la zona. Al reservar intenta pedir mesa junto a la ventana, son los mejores sitios. Coste medio 30€