Sprzężenie zwrotne
Przekaż informację zwrotnąCansados de ir como borregos al matadero con la dichosa pulserita, decidimos revelarnos y alquilar un coche.Tras preguntar, repreguntar, insistir y alguna propina nos revelaron que si queremos una playa sin turistas, virgen y donde pudiéramos ver el verdadero México sin el agobio de tiendas para guiris, teníamos que ir a Bacalar.Allí fuimos, pero a mitad de camino paramos a comer en un pueblo/poblado. Nos desviamos por la primera calle que quisimos y encontramos este "restaurante".No os lo podéis perder. son super amables. No tenían cerveza y mandaron al hijo de la propietaria al super a comprar (bien fresquita)Toda la materia prima es de calidad y en cantidad, cuando en playa del Carmen un plato te cuesta 150 pesos (unos 7,5€), aquí cada plato te cuesta 12 pesos (0,58€)La sensación es brutal y conseguimos lo que buscábamos. Mezclarnos con la gente de allí y ver la realidad de la zona y no los escaparates artificiales que han montado para los turistasMi calificación de Excelente no es por la comida o extensa carta, sino por la cruda dosis de realidad que te permite vivir y la extraordinaria amabilidad de su gente.PD: dejad las joyas en casa
Cansados de viajar con la pulserita como borregos que van al matadero haciendo colas para todo y fotografiando todo lo que los mejicanos han preparado para que los turistas se sorprendan, decidimos apartarnos "de donde va Vicente" y alquilar un coche.Preguntamos a los mejicanos sobre una playa que no tuviera turistas y que fuera bonita. Tras varios intentos y algún peso que otro, nos dieron el nombre de la playa a la que van los mejicanos. BACALAR.Bien, describir Bacalar será otro día, ahora toca el restaurante:Tras un buen rato de coche, llegamos a un pueblo (Felipe Puerto Carrillo) y decido buscar un bar o restaurante donde comer con mi familia.Me desvié de la calle principal y encontré este "chiringuito". Las calles son de verdad, no como las de Playa del Carmen y la gente también. Tienes la impresión de que todos te miran y hay la sensación en el aire de que te están mirando como si te hubieras perdido.... Parece que te miren y digan, "¿qué hacen estos aquí?".Aparcamos el coche en frente del chiringuito y nos atiende la dueña. Es realmente encantadora y podemos disfrutar de una comida excelente a base de tortitas, burritos y demás, pero de los de verdad. De los que se comen los que viven allí y no los guiris como nosotros.Las diferencias son claras. Infinita mayor calidad. Todas las salsas son caseras (si os dicen que una pica, cuidado porque van en serio), las cantidades son más que interesantes y el precio es infinitamente menor que en la zona guiri.Si en playa del carmen un plato te cuesta unos 160 pesos (unos 7€), en este local un plato cuesta 12 pesos (0,58€)He valorado como "Excelente" el restaurante pero no porque lo sea, sino por la sensación de aventura, y el chute de REALIDAD que te pega en la cara cuando entras.No hay cerveza pero la propietaria te dice, "no se preocupe, ahorita mando al chico a comprar" y te la traen del super bien fresquita.Amigos, no os lo perdáis. Después de comer podéis pasear por el pueblo y asombraros de la triste realidad viendo cómo realmente viven, ver el mercado y comprar fruta de verdad en la frutería del pueblo.Son muy amables y no tiene porqué pasar nada, pero dejaros las joyas en casa antes de ir a estos lugares. Saben que hay diferencias sociales que entienden y aceptan, pero no hay porqué "lucir palmito" ni recordarles que tienen menos posibilidades en la vida que nosotros. A alguno puede sentarle mal.Mi consejo:Id, visitad, aprender e intentar confundiros con ellos. Os aceptarán y veréis el mundo tal y como es y no como nos lo quieren mostrar las agencias de viajes.
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