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Sprzężenie zwrotne
Przekaż informację zwrotnąSabía que había cambiado y desde entonces no volví a ir, el trato fue fantástico y la comida exquisita, nos cobraron el pan aunque les pedimos que nos lo retiraran y si tengo que resaltar de precio excesivo es el plato de surtido de postres que nos metieron la clavada de 15 eurazos (3.000 de las antiguas pesetas) y las botellas de tinto Lengua Azul que su precio en el mercado son de 5.95 euros y nos metieron 14 eros por cada una... las tapas no estaban nada mal (grandecita la del flamenquin),el queso 4 porciones, langostinos 4 unidades, rollitos dos, y unas patatas fritas con mayonesa que nos pusieron una ración y acabamos llenos,normal para el sablazo del vino y del plato de surtido de tartas que aunque hubieran sido dos porciones de tarta... a cuanto las cobran??? Me encantó ir pero... en Extremadura no somos tontos... en el ticket pone en el vino Nadir que la botella en el mercado son 7.20 pero adjunto foto de todo.
No recomiendo a nadie comer en este restaurante. El servicio es lamentable. Estuvimos dos horas para comer tres platos y el camarero ni siquiera sabía en qué mesa estábamos. Nos tenía completamente olvidados y estaba bastante perdido con las mesas. La calidad de la comida era muy deficiente, casi en mal estado, y la cantidad era ridícula. No volveremos.
Bien situado, decoración agradable y con un personal muy atento, nuestra experiencia en este sitio fue realmente buena. Compartimos croquetas de rabo de toro, tataki de presa ibérica, bacalao al ali-oli y un risotto de retinto. Realmente espectacular los cuatro platos, a cual mejor; buena materia, presentación... Deliciosos. Para terminar un variado de postres muy ricos, con diversas tartas caseras. Muy recomendable, para volver sin duda.
Fuimos domingo por la noche a cenar unos amigos, el servicio fue nefasto desde el principio, pedimos rissotto de retinto, casi no pudimos comerlo de lo salado que estaba, croquetas variadas que sólo traían una variedad, bacalao a la nata, en el que había tropezones de patata y parecía más una pucha, y el solomillo al año tostado que es lo unico que mereció la pena, el sitio es bonito y promete pero tiene muuuucho que mejorar.
Al estar lleno el restaurante al que íbamos, entramos en este como segunda opción, atraídos por la carta. En primer lugar, el asesoramiento en cuanto a la cantidad a pedir fue nefasto, ya que todos (incluidas las mujeres) nos quedamos con hambre. Dado que la última ración tardó más de 40 minutos en servirnos, ni siquiera pudimos pedir algo más al final para completar la cena. Las tapas que pedimos no eran nada del otro mundo, y el pulpo estaba duro e insípido. La última ración, la de atún, además de llegar tarde como mencioné antes, era insípida y escasísima. Dudábamos si era una ración o una tapa dado la ridícula cantidad servida. El servicio, sin embargo, fue atento y amable.